Muchos médicos están experimentando positivamente el avance tecnológico para dar atención a sus pacientes, algunos pocos lo venían haciendo desde antes que las consecuencias de la pandemia prácticamente los obligara a subirse al carro de la telemedicina. Para muchos aún sigue siendo una plataforma no muy convincente, son muchos los riesgos que se pueden correr y precisamente por ello hace unas semanas atrás el colegio médico publicó un consentimiento informado para telemedicina que puede ser utilizado por los profesionales.
Desde la formación médica, es difícil aceptar la telemedicina (exceptuando los casos de diagnóstico remoto por imagen) porque nada más importante es para un médico poder tocar a su paciente, un examen físico sumado a una comunicación no verbal aporta mucha información para acercarse a un diagnóstico certero y, en consecuencia, a un correcto tratamiento.
Pero ¿cómo vamos a convivir con la telemedicina en adelante? Ya es un hecho que muchas clínicas presionaron a sus equipos informáticos y proveedores del área para entregar una solución rápida y eficiente en el menor tiempo posible para que los médicos pudiesen conectar con sus pacientes a través de la clínica y si el olfato no nos falla, en el mediano plazo, un médico, sentado en su box de consulta, podrá ver a pacientes presenciales y virtuales en una misma jornada, lo que a todas luces parece algo beneficioso.
Nos tocó ver al inicio de esta crisis a muchos médicos complicados por no poder conectar con sus pacientes ya que las clínicas limitaron o simplemente cerraron sus consultas. Zoom y cualquier plataforma de video llamada era la solución rápida para poder atender a los pacientes, pero muchos médicos no pudieron conectar con sus pacientes simplemente porque no manejaban sus datos. Esto último es muy relevante porque la base de datos de los pacientes (nombre, correo y teléfono) pertenecen a los prestadores institucionales y no habrá gerente que esté dispuesto entregar a cada médico su base de datos de pacientes atendidos en el año o en el último mes. Esta razón es irrefutable para que cada médico empiece poco a poco a recopilar los datos de sus pacientes. Evidentemente
también existe la tecnología para esto y no es necesario que el profesional agote su tiempo en poblar un sistema propio de telemedicina.
Contar con un sistema propio de telemedicina tiene como primer beneficio administrar la base de datos de sus pacientes, esto significa que podrá conectar con ellos cuando lo desee o enviar información importante cuando así se requiera.
Un segundo beneficio es la agilidad y dinamismo que la agenda experimenta, porque ya no depende de la disponibilidad del box. Es libre para elegir el día y hora para atender.
Un tercer beneficio es económico, porque con estos sistemas (al menos en Medcloudchile) no existe la comisión por paciente atendido. El 100% del valor consulta llega íntegramente a la cuenta corriente.
El cuarto beneficio es que uno de los más simples pero relevante. El paciente pre-paga la consulta médica y existen sistemas que informan previamente al médico si el paciente ya realizó el pago o no, de esta forma el médico optimiza y rentabiliza su tiempo.
Lo primero es buscar a un proveedor que idealmente tenga experiencia en el área, que resuelva temas principales como ficha clínica, recetas on line, solicitud de exámenes on line, notificaciones GES, que cuente con el consentimiento informado para telemedicina, que tenga videollamada integrada y obviamente una agenda. Todo lo anterior con una interfaz amigable y con conexión estable.
Lo segundo es considerar las plataformas digitales disponibles para dar visibilidad a la nueva forma de atender, es decir, que si sus pacientes lo buscan en Google por su nombre, debiera aparecer un sitio web propio y que oriente rápidamente al paciente a reservar la hora de atención.
Muchos médicos van un poco más allá.
Las redes sociales para médicos o empresas de salud están orientadas a educar al paciente respecto a las prestaciones que realiza el profesional. Esto ayuda a que muchos pacientes que sufren las patologías asociadas sigan e interactúen con esas cuentas de redes sociales, que dicho sea de paso, no son 100% administradas por el médico; es evidente que no hay tiempo para ello y es por esto que existen agencias especializadas en salud
(www.marketingparamedicos.cl) que generan todo el contenido y canalizan las inquietudes de los pacientes hacia la agenda.
Las redes sociales como Facebook e Instagram y también las plataformas como Google y WhatsApp son de gran ayuda para que los médicos conecten con pacientes de alto valor, es decir, personas con patologías que el profesional puede resolver en pabellón. Esto se logra con un trabajo prolijo de la agencia de marketing y que resulta beneficioso para el paciente y el especialista.
Hoy la salud se concentrará aún más en redes sociales y plataformas digitales, estar bien asesorados y acompañados es clave.